Préstame una sonrisa para combatir el dolor cuando se haga
grande. Tus letras...esas curvas infatigables de intelecto sublevado.
¡Necesito soñar! ¡Y es sencillo! Préstame tus silencios
sosegados.
Préstame, si puedes,
alguna duda, algún lamento. A veces necesito saber que hay incertidumbres
peores que las mías. ¡Y qué vagar está bien, si vagas lejos! ¡Y si estás en
buena compañía!
Préstame amigo del alma, tu amistad sincera. No la envenenes,
no la embadurnes con rencores o apatías. Siento miedos que se vuelven eternos,
si no consigo creer en la amistad verdadera.
Préstame un sueño, una
canción y hasta un " te quiero"...cosas simples, que despierten
fantasías. Préstame tu paciencia, un poco de tus días...de esos, gastados, de
tus siete vidas. Préstame cuando puedas, optimismo, convénceme de que el final
siempre llega; pero préstame tu luz para el camino. ¡La mía se ha acabado! ¡Ando
a ciegas!
Préstame, amigo mío,
un poco más de humanidad, de compromiso...tu hombro, para llorar si es preciso.
Tus manos para sentirme segura, y tus lealtades, para cuando esté perdida!
Regálame tres puntos suspensivos a mil historias: de noches, de atardeceres, de
bosques sombríos. De flores, de amores, de lunas irreverentes y de manantiales
cautivos.
Préstame amigo mío, tu imagen misteriosa, donde pueda
encontrar cosas, que en otros no hallaría. Regálame un encuentro, una
casualidad, una música infinita...y el mar. ¡Préstame el mar!
Préstame amigo gato, una ilusión que remiende cauteloso mis
heridas. Recuérdame que existo, aunque invisible, en la ventanita que cada
noche, es testigo de nuestras despedidas. Déjame amigo mío, que te diga, que
aún sin habernos visto nunca, ya te he querido. Y que pasado el tiempo, los
años y los sueños... estaremos juntos (online) todavía.