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¡Me encanta esta humedad que avisa de lluvia de sueños y amenaza con despertarme!

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sábado, 21 de enero de 2012

"Te kiero mil"

                                                    


¿Quizás se pregunte por qué dedico tantos renglones a los "te quieros"?
Dicen por ahí ,que cuando alguien habla de te quieros, es porque tiene carencias afectivas "graves".
Podría pasarme horas escribiendo sobre las maneras de decir te quiero, pero hoy voy a extenderme sólo en los "pequeños grandes te quieros".
Cuando nacemos somos diminutas criaturas indefensas que buscamos protección .El calor, el cariño y la piel de nuestra madre ,es el primer contacto que tiene un recién nacido con la vida real, fuera del útero.Pero sin embargo, no es extraño percatarse que la mayoría de los bebés (99%) se adaptan rápidamente al medio hostil que será para siempre su invernadero.
No es difícil darse cuenta que un niño o niña que recibe el afecto de sus padres desde que nace, se desenvuelve  felizmente en su medio hostil, desarrollándose mucho mejor en todas los ámbitos de su vida.
Un niño  feliz  y lleno de cariño: gana peso, gana talla,tiene mejor carácter, duerme más, come más...en fín.
Con ayuda de una buena dosis de ternura y entre caricias y abrazos un bebé crece más sano, adquiere madurez a  nivel motor ( se cae menos, gatea mejor) y  a nivel intelectual aprende más y mejor.
Y se preguntará ahora qué tiene qué ver esto con un "te quiero"??
Cuando decimos "te quiero" a un niño/a , casi siempre: ríe.Su cerebro ordena al cuerpo que libere endorfinas, (una sustancia química similar a la morfina que hace que le invada una sensación  agradable de hormigueo.)La endorfina es uno de los analgésicos naturales del cuerpo, forma parte del sistema inmunitario  protegiéndolo de las enfermedades. Por todos es sabido que mientras más relajado esté nuestro cuerpo, mejor funcionará nuestra mente. Y es por eso que  cuando sonreímos desaparece el estrés y disminuye la presión sanguínea; lo que a su vez reduce el riesgo de cardiopatías.(he ahí el sentido de las vacaciones!!)ja,ja!
Pues bien, teniendo en cuenta todas estas manifestaciones, no es raro que nos preguntemos si en un individuo adulto pasa lo mismo.
Teniendo en cuenta que nuestro cerebro está diseñado para recibir con agrado estos estímulos (incluso antes de nacer) he notado el bien que hace recibir "te quieros" imprevistos a lo largo de un día.
No se trata de decir te quiero porque sí, sino de estar dispuesta a recibirlos incluso cuando los días se tornen oscuros.
Para un niño de cinco años decir ¡"te quiero mil, mamá"! significa que te quiere exageradamente.No sabe explicarlo.No sabe la dimensión de su cariño y por eso...."te abraza mil".
Para un adulto que lo recibe, es una inyección de oxígeno ante la escasés de esos  te quieros sinceros, y puros.
¡¡No dudo que esto tenga mucho que ver con mi estado de ánimo hoy!!
Haga la prueba. Diga más "te quieros" , sonría y goce como un niño de los beneficios  del cariño.

1 comentario:

  1. Más no... lo diré como hasta ahora porque lo digo mucho, no temo decirlo, no temo oírlo, no me desbarata, me levanta...

    Un abrazo.

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