¡Adiós 2012!

“El carácter invisible de las cosas extraordinarias”

 En este  año que termina, navegué por mares prohibidos, desafiando lunas irrepetibles; y confié en mis sueños.

Incumplí reglas y rompí compromisos, y me negué a la monotonía. ¡Y escribí!

Desafié deseos y patrociné reencuentros anhelados.

Por amar, me sentí doblemente traicionada y a cachitos deshice una gran historia de amor.

Interrumpí viajes imprevistos y seguí la estela de mis presentimientos.

Me enfrenté al destino correcto e impuesto. Y lo torcí un poquito, para fabricarlo a mi gusto. ¡Y no me decepcionó!

Se bloquearon amigos queridos (no los bloqueé yo). Otros se fueron, pero yo seguí dando la bienvenida a los que volvieron de nuevo a mi vida; mortales como yo, imperfectos; con mochilas cargadas de sueños y de recuerdos. ¡De los míos!

También me hice la loca y pisoteé la vida cuando no me dio lo que le pedí. ¡Y volví a pedirle a la vida un año más! ¡Mejor que este!

 Respetando decisiones ajenas, se cayeron  montones de ilusiones. Y levanté murallas para vencer al miedo, el miedo  a perder.

Porque tuve miedo al tiempo, pero lo viví intensamente y me lo pasé requetebién. ¡Porque el tiempo es irrepetible! ¡Y corre muy de prisa! ¡Y se va! Pero te queda el dulce recuerdo de aquellas cosas invisibles, que se deletrean  V-I-D-A  y das las gracias porque a tu lado “12”, fue injusto, pero extraordinario, a pesar de que te vas.

¡Bienvenido 13!
( Nada de esto se vió. Es invisible a otros ojos que no fueran los míos).